Hoy, después de casi 7 años, miro hacia atrás y puedo decir que sobreviví a una relación narcisista y que mi desconocimiento, unido a mi ausencia de amor propio, pegado a todas las ideas que tenía en mi cabeza acerca del amor, me llevaron a ser permisiva y a poner mi corazón en manos equivocadas.

Esteban fue toda una universidad para mí en muy poco tiempo y si has leído mi blog completo, sabes de lo que hablo. Pero con todo y la relación tan dolorosa que viví con él, jamás pensé que estaba con un narcisista, porque ellos tienen tanto “poder” o más bien, tienen tanta facilidad de manipular a las personas que los quieren, que logró convencerme y hacerme sentir día a día que yo era muy poco. Siendo mayor que él, recién separada y sumándole una hija, mi sensación de “que poco soy para él” se mantenía en asenso y no solo durante el tiempo que estuve con él, sino los meses que viví el duelo cuando me dejó.

Y es que tras de todo, fue él quien tomó la decisión de mandarme pa’ la !@#$%^&*. Él era un vampiro y alimentaba su ego con mis detalles, con mi cariño y con mi lealtad; mientras que yo como una “hueva” solo pensaba en que pronto iba a llegar el día, que me iba a querer como yo quería que me quisiera. Durante los meses de “relación” con él, yo tomaba aliento y coraje y dejaba de escribirle por un par de días, donde obvio, él aparecía con el mínimo mensaje y yo no le permitía que hiciera el mínimo esfuerzo, porque ahí estaba yo disponible de nuevo. No importaba todos los desplantes que me hacía, ni la cantidad de veces que me dijera que no nos podíamos ver porque se iba a ver con su novia, ahí seguía yo, no solo nutriéndole su ego, sino permitiéndole que me pisoteara el corazón todas las veces que él lo quisiera hacer. Aún recuerdo una tarde en un motel, donde después de tener sexo, decirme que le encantaba estar conmigo y que le hacía perder el control, salió de la habitación a contestar la llamada de su novia, a decirle que estaba en casa leyendo y adelantando trabajo de la oficina. Creo que jamás me había sentido más humillada, pero lo más triste para mí, es que no había tocado fondo.

Pero cuando estábamos juntos, cuando estábamos “bien” sus acciones me confundían, porque me hacía sentir, no solo con palabras sino con pequeñas acciones, que yo no estaba remando sola y que él también me quería, – no era nada de eso, eran simples migajas -. Con solo aparentar, no solo ante mí, sino ante los demás su posición de hombre “honesto e integro” yo quedaba ante los ojos del mundo, como la loca que no lo dejaba en paz porque pobrecito, lo confundía mientras él me dejaba en claro siempre, que tenia novia. Pero y entonces ¿dónde estaba la integridad?, en ¿decirme que tenía novia, o que se iba a ver con ella, pero a la vez acostándose conmigo y diciéndome que sentía muchas cosas por mí?, en ¿mostrarse como la persona más sabía, inteligente, noble y caballerosa?. Muy seguramente en su afán de que el mundo lo viera como un hombre integro, cariñoso y atento, mostrando su mejor imagen para que siempre las personas a su alrededor, pensarán bien de él.

Yo solo quería que me quisiera, que se decidiera por mí y puedo hoy reconocer que han sido los meses más desgastantes de mi vida en todos los aspectos; de lunes a viernes cuando estábamos en la agencia, yo solo pensaba todo el día, en qué excusa inventarme para que hiciéramos algún plan, lo que significaba dinero, llegar tarde a casa, no compartir tiempo con mi hija y de paso, escondernos para que nadie nos viera juntos o cargar con el compañero que nos alcahueteaba todas las salidas. Me endeudé mal porque, Plegaria, quién siendo mamá soltera, con todos los gastos de la casa a cargo, podía salir 5 días a la semana a restaurantes, bares o discotecas y para rematar, los fines de semana que salía con mi hija y Helenita, o buscaba la manera de mantenerme distraída con amigos para no morderme las uñas y llorar como loca, mientras él estaba con la novia porque ese el pan de cada día todos los fines de semana, yo lo perdía los  sábados y los domingos, así que imaginen mis lunes festivos – de muerte lenta -.

Un día, cansada de mendigar amor, decidí no escribirle, no hablarle, no buscarlo, encerrarme en mi oficina sin que supiera tan siquiera si yo había ido a trabajar ese día, y efectivamente pasó todo el día sin darse cuenta si yo estaba o no. Ahh pero eso sí, al ver que la idiota que estaba ahí firme ante sus pies, no apareció en todo el día, apareció con un absurdo y simple mensaje que decía ¿por qué tan perdida? y yo, me tardé básicamente, 15 minutos sentada al lado de la poca dignidad que me quedaba, para responder su mensaje, que se me saliera el corazón y recuperar mis ganas de levantarme de la cama para ponerme hermosa para él el siguiente día. Fue tanto su poder de control y manipulación, disfrazada de sinceridad y honestidad, que hasta me hacía dudar de lo que sentía por él, diciéndome que yo en cualquier momento volvería con Alan, que yo lo usaba a él solo para olvidar a mi esposo, y hoy digo ¿quién putas se puede creer una persona, para minimizar los sentimientos de los demás y ponerle hasta nombre? A eso le llamo ego, carajo!.

Y así me la pasé, tomando coraje para salir de esa relación, pero sin ganas de irme; buscando con las uñas la manera de huir y sufrir, pero aferrándome a un “te quiero”, gritando “por favor quiéreme que soy buena y te puedo hacer feliz”, pero claramente, el efecto fue el contrario, porque solo me arranqué el corazón, se lo entregué a él y le dije inconscientemente, haz con él lo que quieras, y eso hizo, hizo con mi corazón lo que quiso, sin limites, sin piedad y sobre todo, con la única meta de alimentar su ego narcisista.

La última vez que le di de comer a su ego, fue para días cercanos a mi cumpleaños, en el que recibí un mensaje de él, y yo, complemente ciega, no solo le respondí inmediatamente el mensaje, sino que le dije que había conocido un lugar maravilloso para comer y tomar algo, que si le gustaría que nos viéramos allá, ¿ahhhhh? no puedo con la yo de esa época; obvio su respuesta – después de que su ego ya estaba lleno – fue un, “si de una, te voy avisando”, mensaje que nunca llegó, pero con eso, confirmó lo que ya sabía y que por la ausencia de los días, puso en duda por un segundo, que aún estaba yo ahí, firme y disponible para él.

Hoy Plegaria, te puedo afirmar que los narcisistas son unos lobos disfrazados de ovejas, que te hacen sentir que te están haciendo un favor y que con toda la certeza, nunca cambiaran. O acaso, ¿tiene necesidad una persona de cambiar, si esta completamente convencida de que todo lo que hace, piensa, siente y cómo actúa esta bien? No, una persona que está segura de que todo en ella está bien y que el mundo es el equivocado, jamás cambiará.

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Mia.

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2 Comentarios

  1. Total! Que difícil lograr identificar esto, llevo 12 años y hace a penas 1 mes tuve la determinación de terminar con esto . Sé que es un camino que a penas comienza, pero me siento como si estuviera en un proceso de rehabilitación a las drogas, tengo contacto 0 , así tengamos 2 hijos muy pequeños, porque pude abrir los ojos y darme cuenta que hasta a ellos los utilizaba para nutrirse y manipularme. Es impresionante como a pesar de todo lo malo que fue durante estos años , logré cuando hablábamos hacerme sentir culpable de que todo terminara.

    Ese es el poder que tiene una persona Narcicista la manipulación incluso de tu propios pensamientos, para mí lo más más importante es quitarles lo único que los mantiene fuertes, la atencion y practicar una INDIFERENCIA TOTAL

    • Aleja, fácil no es; una relación así se termina convirtiendo en una adición, pero no es imposible te lo juro! Recuerda que el poder que le das a esa persona sobre ti, es tu atención; la mejor opción es ni siquiera permitirte escuchar, concéntrate en ti y en la mejor versión para tus hijos. Un abrazo!

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