Cuando nuestra autoestima es muy baja y el amor por nosotras mismas es muy escaso, las consecuencias son más fuertes de lo que creemos y sobre todo silenciosas. Nos cargamos de culpa, depresión, inseguridades y un sinnúmero de emociones y sentimientos negativos.
Con el pasar del tiempo, vas descubriendo que si te hubieses puesto en primer lugar en muchas de las tantas situaciones en la que la vida te puso a prueba, podrías haberte evitado tanto dolor; pero también ese dolor, se va convirtiendo en aprendizajes los cuales te hacen una mujer más fuerte y más asertiva.
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